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Expediente Turkoglu

Robbin Barberan - 30/05/2010 23:13

Su nombre ha sido protagonista en la prensa los últimos días, tanto por el hecho de hacer público su deseo de abandonar Toronto como por las malas actuaciones de su “sustituto” en Orlando -Vince Carter- durante la eliminación de los Magic ante Boston. Cuestiones tanto deportivas como ajenas al juego serán las que le sigan poniendo en el disparadero los próximos días. Repasemos un poco cómo se ha llegado a esta situación.

Hace poco menos de un año, Hidayet -Hedo- Turkoglu era uno de los jugadores más interesantes del mercado NBA. La mezcla de grandes actuaciones en la postemporada y la opción de convertirse en agente libre le permitían buscar “un último gran contrato” a sus 30 años de edad. El haber bajado sus promedios y porcentajes respecto a la temporada anterior quedaba oculto tras su capacidad de decisión, pase, apoyo en el rebote, anotación a rachas y protagonismo en el clutch time. El brillo de los Magic en los Playofffs había hecho el resto, puesto que ya sabemos que los que ganan son todos buenísimos y los que pierden unos mantas.

Portland creyó haber alcanzado un acuerdo con el jugador, pero finalmente firmó con los Raptors, lo que era en cierto modo una gran sorpresa, y le convertía inmediatamente en el agente libre de mayor caché que habían jamás conseguido los canadienses en el mercado de jugadores libres a lo largo de su historia, completando así la revolución en las alas que Colangelo había creado en Toronto para hacer olvidar los malos resultados de la temporada anterior. Unos 53 millones de dólares por 5 años de contrato habían sido los culpables de su firma. Todo era ilusión, pero también -como siempre- podría pensarse hasta qué punto el fichaje encajaba con las necesidades de la plantilla.

En lo deportivo, la cosa podría decirse que salió mal: Toronto no se clasificó para los Playoffs, Turkoglu ha realizado sus peores promedios de los últimos 6 años, su condición física no ha sido la mejor y ha acabado saliendo desde el banquillo en varios encuentros, además de ser discutido por la afición. En lo extradeportivo, la cosa ha acabado peor: Hedo ha declarado que quiere dejar los Raptors, sus agentes ya se han puesto en contacto con Colangelo, y ha mostrado su descontento por el trato de la franquicia, además de declarar varias veces durante el curso que no se estaban aprovechando sus virtudes en el juego del equipo o su inicial negativa a usar la máscara cuando sufrió la fractura en el orbital.

Dicen que “lo que mal empieza, mal acaba” -vale, también que no hay dos sin tres y que a la tercera va la vencida-, y los inicios de la peripecia canadiense de Hidayet no fueron los mejores. Tras la larga temporada con los Magic, jugó en verano con su selección y se incorporó a los Raptors tarde, ya con el training camp iniciado, alegando que necesitaba descanso. En un principio, estaba junto a Calderón y DeRozan en la línea exterior del quinteto titular, sin que los resultados fuesen los esperados. Como tantas otras veces, la titularidad del joven DeMar buscaba dos aspectos: potenciar la explosividad física de los exteriores -una de las carencias en los últimos años-, para dar tanto un mayor nivel defensivo como mayores recursos en la transición, así como ayudar a su progresión con una mayor confianza de la franquicia. Únicamente en los últimos partidos de la temporada -con la lucha fraticida ante los Bulls por el último lugar que permitía el paso a los Playoffs- perdía DeRozan el favor de Triano y ocupan su lugar Wright o Weems. De hecho, el propio Turkoglu vuelve a la titularidad en esos últimos choques, pero más por la ausencia del lesionado Bosh y la necesidad de jugadores capaces de generarse sus tiros en individual.

El sueño de que Hidayet se convirtiese en un ídolo para los fans se había roto. Es posible que jamás terminase de “congeniar en pista” con Calderón, al ser ambos jugadores que tienen un gran tiempo la posesión y que crean a partir del balón, que no llegasen a compenetrarse como los Raptors hubiesen deseado. Es también probable que debamos sumar también la edad del jugador como otro factor, puesto que lleva jugando de forma profesional y con un calendario cargado desde hace muchos años. Pero pasaron más cosas, muchas más que no sólo se explican desde un porcentaje de tiro inferior al 41%. El propio Turkoglu da su versión en una entrevista televisiva realizada en Turquía:

La polémica llegó cuando fui suplente por primera vez en 4 años. Un medio canadiense publicó que había estado de fiesta la noche anterior tras no haber podido jugar unas horas antes por fiebre, la franquicia no negó esa información y el público me pitó, algo que jamás me había pasado en América. Y las cosas no fueron así: todo empezó en un partido ante los Jazz de Okur, tenia molestias y no jugué el segundo tiempo. Tras pasar la noche prácticamente sin dormir y sin apenas comer, me llamaron desde el club para preguntar por mi estado. Se lo conté y me comentaron que no debía jugar sin entrenar e incluso me dijeron que no era necesario que fuese por el pabellón, pero hice algo de trabajo de pesas y sí fui a ver el partido, para estar con mis compañeros en un partido importante. Cuando acabó, me fui a casa y recibí una llamada de mis compañeros europeos, que me preguntaron si estaba durmiendo porque estaban tomando algo a 100 metros de mi casa. Así que bajé un momento con ellos. ¡No estuve más que entre15 y 20 minutos con Bargnani! Si alguien es capaz de probar lo contrario, renuncio al contrato que tengo y a todo el dinero comprometido. Al día siguiente, llegó todo el jaleo, con la prensa diciendo que yo era una máquina festiva y desde la propia franquicia pidiendo mi sanción por 2 partidos. Mi agente se reunió con el manager, se aclararon las cosas y se pidió que todo quedara entre nosotros, sin mayores anuncios. Mi sorpresa llegó cuando al siguiente partido fui castigado y no jugué frente a Miami, perdiendo por completo el cariño que los fans me habían mostrado desde que llegué a Toronto, agradeciéndome haber elegido los Raptors. En aquellos días, tuve reuniones con Triano, dije que no tenía problemas en salir de titular o desde el banquillo, que daría lo mejor de cualquiera de las formas. De haber tenido un carácter más fuerte quizás hubiese abandonado el equipo, pero insistí a Triano que deseaba lo mejor para la franquicia y que me esforzaría al máximo. Eso sí, ahora mismo no tengo ningún interés en volver, y mi agente ya ha hablado con Colangelo para buscar una solución.

La pregunta entonces está clara, ¿y ahora qué? Resulta complicado responder cuál puede ser la solución. El precio de mercado de Turkoglu es inferior al de hace un año, por lo que un traspaso no resulta sencillo por su edad y la extensión de su contrato. Se suma así a la gran incógnita de los Raptors: el futuro de Chris Bosh, de quien es difícil saber dónde jugará la próxima temporada, al ser uno de los jugadores más deseados en la NBA. Los malos resultados del año pasado no permiten ser excesivamente optimistas con su continuidad, y ni siquiera el que le pudieran ofrecer mejores condiciones contractuales (un año más de contrato y subidas porcentuales máximas cada año de un 10’5%, en lugar de un 8% si firma por otra franquicia) es una gran ventaja.

No es extraño que se haya hablado de la posibilidad de un sign&trade (firmar con tu franquicia para ser traspasado) con otros equipos, aunque de momento nada hay cerrado, y no será hasta julio cuando se abra el mercado y pueda negociarse con jugadores de otros equipos. De hecho, sólo hay que ver el listado de managers multados en las últimas semanas por hacer públicas sus preferencias o realizar simples bromas en  los medios acerca de posibles fichajes.

¿Qué ocurrirá entonces con Turkoglu? Su contrato posee además una bonificación por traspaso que debería también ser incluida en las cuentas sobre cualquier posible movimiento, lo que vuelve a hacer todo mucho más complicado. Si no fuese porque el jugador no quiere seguir y tampoco ha dado el rendimiento deseado, estaríamos hablando de todo un “expediente x”.

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