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Juguetes rotos: Michael Beasley

Robbin Barberan - 25/08/2009 03:40

Michael Beasley (Scott Cunningham/NBAE/Getty Images)Situémonos en el mes de junio del pasado verano: tras una trayectoria espectacular en la universidad de Kansas State, Michael Beasley se presenta al draft. No hay dudas sobre el nivel de juego que puede llegar a alcanzar, mas sí se escuchan voces sobre una posible actitud problemática o falta de madurez, lo que lleva a preguntarse si será o no el número 1 del draft.

Chicago Bulls deciden elegir en ese primer lugar a Derrick Rose, un eléctrico base con una espectacular capacidad de desborde, y el segundo puesto parece asegurado: Miami Heat escoge a Michael Beasley. Así fue.

No es la primera vez que escuchamos dudas sobre un jugador joven. Resulta sencillo recordar la historia de Len Bias, o lo sucedido con algunos de sus compañeros de generación, Chris Washburn, Roy Tarpley o William Bedford, también procedentes del draft maldito del 86. En otras ocasiones, las dudas no se corresponden con lo que sucederá, tal y como ha sido el caso del entonces llamado Amare Stoudamire, quien en los días previos al draft del 2002 vio cómo los comentarios sobre él se parecían más a la prensa amarilla que a la deportiva, pese a lo que jamás se ha visto envuelto en problemas extradeportivos posteriormente.

Sin embargo, la cosa no empezó bien para Beasley, sancionado junto a Mario Chalmers y Darrell Arthur tras el programa que la NBA tiene para sus jugadores novatos, el pasado septiembre, además de ser multado con 50.000 dólares, una cuantía mayor que la de Chalmers o Arthur tras confesar que había intentado esconderse para no ser involucrado en el incidente que protagonizaron . Las multas internas se convirtieron en algo habitual para Michael durante su temporada en los Heat, batiendo el récord histórico de la franquicia de Florida, pero nada hacía imaginar la vorágine de estos últimos días.

Hoy se ha conocido que, desde la semana pasada, el joven alero de los Heat está ingresado en una clínica de rehabilitación en Houston bajo la gestión de John Lucas, para tratar de solucionar una serie de problemas entre los que se encuentra un tratamiento por depresión. Durante estos últimos días, ha sido protagonista de extraños incidentes, desde la publicación en su cuenta del Twitter de frases sin demasiado sentido entre las que podríamos destacar un apocalíptico “no merece la pena vivir”. Al mismo tiempo, enseñaba sus nuevos tatuajes en la espalda, una foto que ha provocado numerosos comentarios sobre el posible contenido de dos bolsas de plástico.

Dimes y diretes que han estallado hoy al conocerse su ingreso, lo que multiplica las dudas sobre el proyecto deportivo de los Heat, centrado en dar una buena imagen -en cuanto a rendimiento- a lo largo del curso que convenza a Dwyane Wade para renovar con la franquicia el próximo verano, desestimando los cantos de sirena qeu le llegarán desde muchas otras franquicias.

Aunque si podrán contar con la extraordinaria capacidad de anotación de Beasley, capaz de encestar con ambas manos o de ser el segundo máximo anotador del equipo ya en su temporada de novato y saliendo desde el banquillo, manifestando en alguna ocasión lo duro que le estaba resultando el año, “sintiendo que en ocasiones todo el mundo está en mi contra”, sea una incógnita.

Una gran incógnita.

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