Los múltiples viaje de Quentin
Robbin Barberan - 01/08/2009 10:00
Pese a no batir el récord de movimientos en la postemporada -al menos, de momento-, el verano de Quentin Richardson está siendo ajetreado. Y sin necesidad de moverse de su casa.
Hasta 3 traspasos en unos días han tenido a la figura de Richardson como protagonista, utilizando diversas franquicias un contrato apetecible a la hora de reducir costes a cambio de reforzar un equipo. Qué lejos quedan sus mejores momentos en la liga, con años en los que se convirtió en un jugador importante en equipos con aspiraciones. Las vueltas que da la vida.
Quentin llegó a la NBA tras una brillante -que no deslumbrante- trayectoria en la NCAA. Escogido en la mitad de la primera ronda por Los Angeles Clippers, en una elección que pasó por las manos de Raptors, Knicks, Sixers y Hawks antes de hacerse efectiva, desde sus inicios en la liga tuvo un especial feeling con Darius Miles, y se hicieron más que habituales sus celebraciones al conseguir una acción positiva. Eran tiempos de ilusión en el equipo pobre de Los Angeles, con una pléyade de jóvenes promesas dispuestas a comerse el mundo. Desde Lamar Odom a Michael Olowokandi, pasando por Corey Maggettte, Earl Boykins, Jeff McInnis o Keyon Dooling, con la incorporación de veteranos que parecían dispuestos a dar un salto de calidad, los Elton Brand, Andre Miller o Marko Jaric. Qué lejos quedan algunos recuerdos, y más si tenemos en cuenta que el mejor año de los Clippers fue ya sin Richardson en el equipo, y con Sam Cassell al mando de las operaciones mientras Brand llevaba la voz cantante en la anotación.
Fue en su último curso con la franquicia de California cuando Quentin parecía camino de convertirse en un jugador importante en la liga. Tras firmar promedios superiores a los 17 puntos y 6 rebotes por partido entra en el mercado y se lo llevan los Suns, para completar un equipo construido a las órdenes de Steve Nash y que iba a cambiar la liga. Los diversos problemas en su espalda durante su temporada final con los Clippers no impidieron que firmase un contrato de unos 45 millones de dólares por 6 años de vinculación, cantidad suficientemente elevada como para que su anterior equipo no igualase la oferta y los de Arizona quedasen con el jugador.
Más allá de las transiciones rápidas de aquellos Suns, quizás la nota más característica eran los inicios del estático, con Amare bloqueando a Nash en el poste alto y creando múltiples alternativas ofensivas a partir de la lectura de la defensa. El papel principal de Richardson consistía en mantener una amenaza constante en el lanzamiento triple abierto. Sin preocuparse de un posible mal porcentaje en un momento determinado, debía tirar a canasta en cada ocasión que recibiese con ventaja, pues el hecho de renunciar al lanzamiento suponía una oportunidad para que se colocase la defensa rival. Gracias en gran parte a la capacidad de pase del base canadiense, Quentin llegó a anotar hasta 9 triples en un partido ante los Hornets y terminó la temporada empatado con Kyle Korver en la primera posición de triples convertidos, batiendo la mejor marca histórica de un jugador de los Suns.
Sin embargo, ser el pilar más débil del quinteto titular y la necesidad de complementar el juego de sus principales figuras, con notables carencias defensivas, llevaron a Bryan Colangelo a traspasar a Quentin a los Knicks, en un paquete con su primera ronda del draft a cambio de Kurt Thomas. Tras unos días en los que la prensa especulaba sobre la posibilidad de que el intercambio no se realizase finalmente, debido a los problemas en la espalda de Richardson, el movimiento se llevó a cabo. Quentin sonaba resignado en aquellos momentos, “No es algo que me guste, pero esto es un negocio, y lo entiendo”. No tuvo excesivas palabras de excesivo elogio hacia su ex-entrenador, Mike D`Antoni, declarando que el sistema de juego de los Suns le había obligado a convertirse en lo que podríamos llamar una pieza unidimensional, sin explotar todas sus virtudes.
Bien es sabido que no han sido los mejores años de los Knicks, con Larry Brown, Isiah Thomas y Mike D`Antoni en el banquillo, mientras la espalda le jugaba malas pasadas a Richardson al tiempo que repetía malos porcentajes y se alejaba de su mejor versión como jugador.
A nadie sorprendió que, al finalizar la pasada temporada, los Knicks decidiesen traspasarlo con destino a Memphis. Darko Milicic intentará dar un giro a su carrera con el sencillo baloncesto de D`Antoni y los Grizzlies recibían una compensación económica en efectivo que les hacía rentable el movimiento, más aún si tenemos en cuenta que el pívot serbio era completamente innecesario en Tennessee, por la llegada de Thabeet, el rendimiento de Marc Gasol y la exótica presencia de un Hamed Haddadi que tuvo algún momento de brillo en la parte final de la temporada pasada.
Eso sucedió a finales de junio. Hace cerca de 2 semanas, los Grizzlies hacían oficial el traspaso de Richardson a los Clippers para conseguir a Zach Randolph, con quien intentan dar un salto de calidad en la posición de ala-pívot, probablemente la más floja durante la temporada pasada. El hecho de que los Grizzlies estuviesen por debajo del tope salarial hacía posible el traspaso, pese a ser el salario de Randolph notablemente superior. Hace unos días salía a la luz que los Grizzlies habían tenido una opción similar para hacerse con los servicios de Carlos Boozer, en una operación que serviría para que los Jazz redujesen los elevadísimos costes de su plantilla para la próxima temporada, aunque los de Tennesse no estaban convencidos de su rendimiento en el año que debe mostrar unos elevados números antes de salir al mercado en el verano del 2010, y prefirieron la opción de Randolph. Quién lo iba a decir.
Volviendo a nuestro tema, poco duró el retorno de Quentin a los Clippers, pues 3 días después era traspasado a los Wolves, a cambio de Sebastian Telfair, Mark Madsen y Craig Smith, consiguiendo los de Los Angeles jugadores para completar su rotación.
¿Ha sido este el final del viaje de Richardson? Pues quizás no, porque el periodista Matt Thomas publicaba en su Twitter que se podría producir un nuevo traspaso. Ni siquiera había hecho falta este rumor para que surgiesen irónicas columnas, proponiendo intercambios con el resto de franquicias de la NBA a cambio de Richardson.
¿Alguien da más?
Etiquetas: Quentin Richardson, wolves